Admiten otro caso de contaminación ambiental por derrame minero

 

Barrick Gold reconoció un nuevo derrame en su proyecto Lama, San Juan. Cerrará el túnel binacional que contaminó la zona y que montó para transportar roca de Chile a Argentina.

Lama es parte de un proyecto más ambicioso, que se llama Pascua Lama, un yacimiento binacional argentino-chileno que frenó la justicia trasandina cuando constató, entre otras cosas, que el polvo minero cubrió dos glaciares. Allí Barrick Gold montó un túnel en el que iba a haber una cinta transportadora, pero de cuyas paredes empezó a emanar agua con un altísimo nivel de acidez que provocó daño ambiental en las vegas de la zona, cuya existencia fue insólitamente negada por la Dirección de Evaluación Ambiental Minera provincial. Aún no se sabe si su director renunciará por semejante disparate.
Lo cierto es que pese a que Infobae basó su investigación en documentos de la propia Barrick Gold que confirman que la zona está contaminada, la empresa emitió un comunicado diciendo que "es totalmente falso" que haya daño ambiental en las vegas. Sin embargo, en un comunicado en el que admitió un supuesto nuevo derrame de sedimentos, anunció que "en las próximas semanas se pondrán en marcha los trabajos para el sellado del túnel, que tendrá una duración aproximada de cuatro meses". Al parecer, la empresa contratada para encargarse de las obras ya está movilizando equipos a la zona.
En esa nota, Barrick Gold informó que "aproximadamente a las 18 horas de ayer tuvo lugar un evento en Lama, a raíz del deshielo de uno de los inviernos más intensos de las últimas décadas en esa zona de la cordillera". Y agregó: "El evento se originó por la crecida del río Turbio cuyo caudal y arrastre de sedimentos alcanzó la capacidad máxima de las piletas de sedimentación, por lo que el agua fue conducida a través de un canal de contingencia construido para este propósito hacia el dique impermeabilizado, antes de su descarga en el río Las Taguas".
No obstante, no todo es color de rosas en el "evento" que anunció la empresa. "La mayor parte del agua que drena naturalmente del túnel en Lama sigue siendo tratada en la planta construida a tales efectos. Sin embargo una parte excedente no está ingresando al sistema para no sobrepasar la capacidad de tratamiento", reconoció la minera. Aunque Barrick Gold no lo haga explícito, esto quiere decir que una parte está siendo derramada en el medio ambiente, con su consecuente contaminación. Es así: la empresa no aclaró la composición de los sedimentos derramados, el volumen ni el lugar en el que cayeron.
El comunicado agrega que arrojar agua con un alto nivel de acidez al medio ambiente increíblemente "no trajo aparejado ningún tipo de consecuencia para el medioambiente o la salud de los trabajadores".
Entre algunos ambientalistas empezó a sonar la idea de que este "evento" del que no hay mayores precisiones es un invento de Barrick Gold. Una fuente consultada lo interpretó así: "Después de la nota de Infobae quedaron expuestos y saben que si sube alguna comisión, sobre todo judicial, van a detectar que está drenando ese cóctel químico al río Las Taguas, entonces dicen que el río superó el límite ahora de manera natural, porque se están resguardando. Esto pasa todos los días y por eso van a cerrar el túnel".

A confesión de Barrick, relevo de pruebas
Los documentos que reveló Infobae la semana pasada, confeccionados por Barrick Gold y por una consultora que trabaja para la minera, precisan, entre otras cosas, que "los análisis de vegetación en las vegas localizadas en el río de Las Taguas evidencian una intoxicación con metales en las vegas" y que la vegetación presenta "concentraciones tóxicas muy elevadas", de los metales pesados cobre, hierro, manganeso, molibdeno y zinc, lo que "genera efectos fisiológicos letales en las plantas".
Copiando la estrategia de Barrick Gold de negar la situación y asegurar que el agua que emana del túnel es naturalmente ácida, la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) inició una tarea de cabildeo entre periodistas intentando instalar la idea de que este cronista había malinterpretado los documentos y que desconocía los principios más básicos de la química. Sin embargo, el hidrogeólogo estadounidense Roberto Moran, uno de los expertos más preparados del mundo en pasivos mineros, destruyó ese argumento y explicó que las aguas se volvieron ácidas por culpa exclusiva de la falta de previsión de Barrick Gold y por el túnel que construyó.
El túnel fue montado en pleno ambiente periglacial, según documentos de la propia Barrick Gold. El agua que emana de sus paredes estaba congelada.
Un dato importante: el pH de 7 es neutro. Cuanto menor da esa cifra, más ácida es el agua. El pH que emana de las paredes del túnel oscila entre 2 y 3.
"Mi experiencia indica que es probable que el agua subterránea que se encontró durante la construcción del túnel no era fuertemente ácida (por ejemplo, tenía un pH de 6). Situaciones similares alrededor del mundo (y a través de los años) muestran que el agua subterránea sólo se vuelve fuertemente ácida después de ser expuesta al oxígeno del aire, al agua líquida, y a las bacterias oxidantes de hierro y azufre", evaluó.
"Antes de la construcción del túnel, la roca metalífera rica en sulfuros estaba enterrada profundamente dentro de Los Andes, con la mayor parte del agua congelada y las concentraciones de oxígeno disuelto cerca de cero. Varios ejemplos de antiguos túneles mineros similares muestran que el agua encontrada tenía originalmente un pH de entre 7 y 8", añadió.
Aun así, el punto es que el agua, ácida o no, estaba contenida en la montaña. Y que empezó a contaminar luego de que Barrick Gold construyera el túnel.
Para paliar esa situación, el gobierno provincial le exigió que construya un canal para desviar el agua hacia unas piletas, echar una gran cantidad de cal para mermar la acidez y luego volverla a arrojar al río. Al parecer, no bastó. Contaminó.
Irónicamente, en una clara burla a los ambientalistas, el túnel fue bautizado "Marcelo" en honor a Marcelo Ghiglione, el ex secretario de Gestión Ambiental y Control Minero de San Juan, desplazado luego del último derrame de metales pesados en la mina Veladero, de Barrick Gold, que se produjo por una serie de groseras fallas en la fiscalización. Por allí, cada segundo que pasa emanan entre 60 y 70 litros de agua que provienen de un ambiente periglacial. Ahora la empresa anunció que lo cerrará, luego de negar que tenga algún impacto ambiental y luego de montar un costoso dispositivo para intentar paliar la contaminación. Hace ocho días, Infobae reveló su existencia y su daño ambiental, y los ambientalistas Ricardo Vargas y Diego Seguí pidieron su cierre en sede judicial. ¿Casualidad?