NO PASEMOS UN PAPELÓN - Escribe J. C. Andrada

Parece que hay políticos que no entienden que la actividad minera atraviesa una crisis. Por eso les contamos a los responsables (oficialismo y oposición) que se trata de una crisis "metalífera" y que, por lo tanto, poco peso pueden tener los anuncios relacionados con la minería "no metalífera". 
No se puede decir que "estamos bien" porque recuperamos la explotación de rodocrosita cuando el problema grave o en cuestión es la continuidad de Bajo La Alumbrera y la puesta en marcha de Agua Rica en Andalgalá. La crisis internacional es de cobre y oro, no de extracción de piedras semipreciosas o algo por el estilo.
Es alentador que hayamos recuperado Minas Capillitas, pero ese yacimiento nunca tuvo un impacto de importancia en la provincia ni mucho menos en las localidades cercanas. Capillitas no tiene nada que ver con los grandes aportes económicos de la megaminería que se vienen perdiendo paulatinamente. Y, sin duda, con este paso, el final está casi cantado.


Patas para arriba
Con tal de responder, podemos expresar cualquier cosa, pero que quede marcado como ridículo que en la explicación no podemos mezclar peras con tomates. No hablamos de una crisis mundial de la rodocrosita como para que nos sintamos orgullosos de que exportaremos este recurso en una difícil instancia de este sector minero.
Empero, sobre Minas Capillitas no es bueno hablar de exportar la piedra si ni siquiera se tiene un estudio de factibilidad y no se conoce la "reserva" que existe de rodocrosita. ¿Dónde está la parte comercial y el negocio para nosotros si agotamos el recurso sin darle valor agregado?
Es al revés. Beneficioso sería no venderla "en bruto" sino tallar la piedra. El negocio para los catamarqueños es trabajarla y que no se la roben, como sucedió en su momento. ¿Cuántas toneladas hay en existencia? ¿Cuántas van a exportar y cuántas a trabajar dentro?
Qué papelón sería comenzar a exportar y luego, no sabemos si en un mes, un año o un lustro, decirles a los compradores que se terminó la piedra.

Anuncio no bien dimensionado
¿Y Cerro Atajo? Está bien, es el momento de las transacciones comerciales y exploraciones. Es el tiempo donde juega el conocimiento del negocio minero. Es lo lógico, lo normal, no puede existir sorpresa por lo que corresponde que se haga en una propiedad del Estado.
Asimismo es bueno empezar, pero convengamos también que son proyectos a largo plazo y que incluso hay otras áreas donde también se puede promover este tipo de tareas exploratorias. Cerro Atajo tiene por lo menos para cinco años de exploración.
Considérese que Agua Rica lleva casi 40 años explorándose. Otro tanto pasó con Alumbrera. Son muchos años. Es necesario y bueno que algún día se comience, pero el interrogante en este momento es de dónde van a salir los recursos y cuáles son las fechas que se fijaron con relación a Cerro Atajo.
Se trata de inversiones de riesgo. ¿La provincia se va a asociar o lo vamos a hacer solos? Si nos asociamos quiere decir que tampoco lo vamos a hacer por nuestra propia cuenta sino los privados. Si el Estado no tiene plata, no lo podemos hacer.

Herramienta sin usar
Pero en época electoral empecemos por preguntarnos si las herramientas que se buscan son para hacer política o minería, porque son dos cosas distintas con objetivos que incluso pueden llegar a ser opuestos.
Hay una herramienta que no se la usa, pero está prevista en la Ley de Regalías y que son justamente los fideicomisos. Figura contemplada para que el uso de los fondos mineros sea más transparente. Fue concebida para proyectos más importantes y compartidos.
Hay diferentes formas de organizar fideicomisos, pero claro, nosotros no encontramos ninguna en común. Lo importante es que garantizan alguna transparencia extra en comparación con el uso propio que de ellos hacen los municipios por separado.

El temeroso Tribunal de Cuentas
De todas formas, tendremos algún día que reconocer que el Tribunal de Cuentas (TC) también se enredó o se dejó confundir por los políticos de turno. La Ley de Regalías es clarita si no queremos distorsionarla por cuestiones políticas.
El problema es que el Tribunal nunca se expidió en forma concreta y contundente sobre los municipios que no hicieron las cosas como corresponden. En caso de incumplimiento no había que quitarle las regalías sino suspenderles el envío, así lo marca la normativa.
Como el organismo siempre decía a medias las falencias, los fondos nunca fueron suspendidos por el ex gobernador Eduardo Brizuela del Moral, quien además no quería correr con los costos políticos de la decisión.

Buscarle cinco patas al gato
El problema no es la ley sino los funcionarios que hicieron la interpretación que quisieron. Es más, si hiciéramos otra normativa también se las ingeniarían para darle una lectura que no tiene y que los beneficia en las travesuras que por deporte gustan imaginar.
Puede haber puntos o aspectos a revisar, pero es clara.  La supuesta imprecisión de la normativa es solo una excusa para los irresponsables que “quisieron” hacer otra lectura de la Ley de Regalías. La recordemos sucintamente.
Los fondos se aplicarán “única y exclusivamente” a financiar obras de infraestructura para el desarrollo económico y capacitación para actividades productivas. Se prohíbe a los municipios financiar con ellos gastos corrientes, otorgar créditos, garantizar los mismos. Y el Tribunal de Cuentas realizará una auditoría anual para controlar el cumplimiento de la disposición y prohibición precedente”. ¿Dónde radica la duda? Hay que hacer un esfuerzo para no interpretar el marco legal correctamente.
Como está redactada la ley tendríamos que haber hecho un montón de cosas buenas para los departamentos mineros y la provincia, pero no… queremos endilgarle a la normativa cierta "culpabilidad".

El camino inverso ya es conocido
Sobre la actividad tenemos que asesorarnos. Es una rama relativamente nueva la de la minería en la Argentina, y en particular en Catamarca. De todas formas, la historia de su desarrollo y evolución nos dice mucho a esta altura.
Si cuando dejamos la estatización despegó la actividad, el regreso a ese modelo no puede ser otra cosa que la vuelta al fracaso, de donde oportunamente tomamos distancia. Sin recursos humanos capacitados y plata no se entiende la obsesión, pero el camino inverso para muchos ya es conocido, porque de ahí venimos.

Por Juan Carlos Andrada (De la Redacción del Diario LA UNION)